Apéndice Documental
Correspondencia entre el doctor Manuel Belgrano y el contador Celedonio del Castillo
El archivo documental del Museo Mitre es el repositorio de esas cartas que intercambiaron ambos patriotas en momentos difíciles de nuestra historia. Llegaron a manos de Don Bartolomé Mitre por una generosa donación del doctor don Juan José Álvarez.
Álvarez era un prestigioso entrerriano, nacido en Paraná en 1827. Había cursado sus primeros estudios en esa ciudad, y ya en Buenos Aires, los completó en el Colegio del Salvador. Luego estudió Filosofía y Lógica en el Convento de San Francisco, y en 1846 se graduó en Derecho Canónigo y Civil. Un año después fue ordenado sacerdote por el obispo Dr. Mariano Medrano. Ingresó a la Academia de Jurisprudencia obteniéndo el título de abogado en 1854. Urquiza lo designó capellán general castrense del ejército que triunfó en Caseros.
En 1853 fue diputado nacional e integró el Congreso General Constituyente que dictó la constitución nacional. Luego fue elegido diputado nacional por la provincia de Entre Ríos, e integró el Congreso de la Confederación, con sede en Paraná. También fundó colegios, una sociedad de beneficencia y misiones religiosas para los aborígenes del Gran Chaco y de La Pampa. Fue nombrado nuevamente legislador, en varias ocasiones, realizando grandes obras. También se destacó por sus trabajos literarios e históricos.
Conocedor de las investigaciones históricas que Mitre estaba realizando para completar su Historia de Belgrano, generosamente le cedió las cartas pensando que en sus manos tendrían el destino adecuado.
Correspondencia del doctor Manuel Belgrano a don Celedonio José del Castillo
Esta correspondencia se encuentra en el Archivo del Museo Mitre. Le fue enviada al general e historiador por el doctor Juan José Alvarez, desde Paraná, el 2 de marzo de 1889. Citamos el texto de la donación :
“…detalles previsores y noticias políticas, que las transmitía al subdelegado de varios importantes departamentos de la provincia de Misiones, don Celedonio José del Castillo, padre de una respetada familia de esta ciudad, y que, por su vasta instrucción y honradez, siempre estuvo al servicio de la provincia, rindiéndoselos muy importantes, desde el principio de su organización, a contar desde el 23 de septiembre de 1821, en el importante y laborioso gobierno del ilustre general don Lucio Mansilla, que le dio existencia política.”
Teniendo en cuenta los antecedentes del Dr. Álvarez, valoramos su decisión de desprenderse de la documentación mencionada. La misma fue utilizada por don Bartolomé Mitre en la investigación que culminaría con la redacción de su famosa Historia de Belgrano.
También queremos recordar, que un hijo de Celedonio del Castillo, el Ministro Tesorero don Vicente del Castillo, en 1847, dispuso la entrega de 30 onzas de oro selladas al jóven Alvarez. Esa beca había sido asignada por el gobierno de Entre Ríos para que continuara sus estudios en Buenos Aires “y de ese modo servir fructuosamente a su Patria y la noble causa que defiende.”[1]
Señor con Celedonio del Castillo
San José
Mi amado amigo y pariente:
Ya estará usted tranquilo con el movimiento del Paraguay, y no hay que temer por parte de los limítrofes: porque la corte está de acuerdo con nosotros.
He sido recibido en esta nuestra amada patria con todo aprecio, y sigo sin la menor novedad descansando de mis grandes trabajos.
Ya nuestros enemigos están con sólo Montevideo y pronto esperamos que se nos entregue y se acabe por esta parte: nuestras armas se coronan de glorias.
Desea a usted toda felicidad y me digo suyo siempre.
Buenos Aires, 4 de junio de 1811.
Manuel Belgrano
Señor don Celedonio del Castillo
San José
Mi querido amigo:
He leido con el mayor gusto la de usted de fecha 20 de mayo: es verdad que el Todo poderoso me ha favorecido cual yo no merezco, y si pudiese contar a usted la historia de todos nuestros sucesos tendría mayores motivos de admirarse y de darles gracias, conociendo que a Él solo debemos el sostén de la justicia de nuestra causa.
Cuando los hombres se hallan revestidos de las virtudes de usted y aspiran de buena fe a la prosperidad de su patria, sacan recursos de la nada, y sostienen con honor y decoro los cargos que ocupan; tal lo veo a usted en el desempeño de la milicia para conservar su departamento de la invasión de los fidalgos.
Estoy trabajando constantemente por ir de nuevo al enemigo y aún se halla en Cruz y espero en Dios que hemos de lograr felizmente el fruto de nuestras tareas; pues los medios que ponemos son a propósito para ellos y tenemos por Patrona a Nuestra Señora de las Mercedes.
No me permite el tiempo, ni mis atenciones extenderme más, pero crea usted que soy su invariable y agradecido pariente.
Manuel Belgrano[2]
Señor Celedonio José del Castillo
San José
Mi querido amigo:
He recibido la de usted, fecha 4 del pasado, con los papeles que la acompañan, que me han dado toda la luz de que carecía, acerca de los pensamientos de nuestros paisanos; estoy contentísimo con la confederación, y es a lo que abiertamente se ha decidido nuestro gobierno.
No es posible que detenga a tratar del pormenor de los puntos que usted me toca, porque estoy apurado con el correo; pero si diré a usted acerca de sus hijos[3], que haré cuanto pueda por ellos, luego que el padre Castillo[4] me hable o yo lo busque para instruirme de su paradero.
Los portugueses ansían por entrar en nuestro territorio, y creo que se agarrarán a una ascua ardiendo para conseguirlo; pero me parece que siendo americanos como nosotros, no tardarán en desengañarse de la iniquidad, y nos han de seguir.
Deseo a usted toda felicidad y soy su amigo.
Manuel Belgrano
Buenos Aires, 19 de julio de 1811.
Señor Don Celedonio del Castillo
Concepción
El 23 del corriente, se me dio parte por el Comandante de las fuerzas patrióticas avanzadas, de haber intimado la rendición a la guarnición del Pueblo de Colla, y que después de varias contestaciones tuvo aquella que entregarse a discreción en número de 70 veteranos, todos con armas.
Por Oficio que acabo de recibir del Teniente Coronel, Dn. José Artigas, en que me incluye un Parte del Capitan de Milicias, Dn. Bartolomé Quintero, de la división de las tropas patrióticas que están al comando de Dn. Venencio Benavídez, temgo la satisfacción de participar a V. de la toma, por nuestras armas, de la Villa San José, después de una acción reñida y muy disputada, en que sobresalió el valor patriótico, pues estos, sin cañones, atacaron con tanto denuedo a los insurgentes, que en número de 100 y tantos, con dos piezas de artillería, se habían fortificado en dicha Villa, que todos fueron hechos prisioneros; entre éstos, dos Tenientes Coroneles, un Edecán de Elío, y a otro conocido por el Preboste. Los cañones tomados, el uno es de calibre de a 4, y el otro de a 18. No hemos tenido más pérdida que se sepa, que hallarse gravemente herido el valiente Capitán Dn. Manuel Artigas. Lo que comunico a V. para que lo celebre junto con los buenos Patriotas.
Dios guarde a V. muchos años.
Cuartel General de Mercedes, 27 de abril de 1811.
Manuel Belgrano
S. Dn. Celedonio del Castillo
Mi querido amigo:
Estoy destinado con mi Regimiento a sostener este punto y creo seré atacado por los Montevideanos, según los avisos que se me han comunicado, pero espero en Dios que saldremos avante, pues la gente está muy animosa.
Dicho mi Regimiento se halla bastante bajo, con motivo del motín del Cuartel, y yo deseo tener muchos naturales en él; quisiera que V. se empeñase en mandarme aunque sea un par de cientos de ellos, cuyos costos satisfaría, aunque fuera vendiéndome.
Si V. se determina, haciéndoles ver que vienen a mi lado, que tendrán 11 pesos ½ de sueldo, y vestuario; puede V. contribuir a que haya entre ellos, músicos, y gente de oficio, para destinarlos a lo útil, y presentar mi Regimiento de modo que vuelva obtener, como hasta aquí, el primer lugar.
He encargado para esto a Dn. Antonio Ignacio Bermúdez, y no dudo que V. me proporcione esta complacencia, que mi gratitud no olvidará jamás, entretanto soy siempre su
Ml. Belgrano
Rosario, 12 de febrero de1812
Sr. Dn. Celedonio del Castillo
Lenguasar se me presentó en La Cruz, y creo que a esta fecha, ya habrá entregado los Negritos, según las órdenes que le di.
No está mal lo del Paraguay, es preciso confiar algo más y Yo espero que concluyendo la empresa en que estoy, todo se acabará.
Espero a un Capital de Dragones que viene de parte del General Sousa, y entonces me aseguraré más en mi concepto, que ya lo veo en la Gazeta número 43.
Ánimo, que la Patria consolida su sistema y estos dominios de Fernando 7º se harán eternamente memorables por su lealtad.
Dios guarde a V. muchos años.
Manuel Belgrano
Cuartel General de Concepción del Uruguay, 12 de abril de 1811
Concepción.
Mi estimado amigo:
He preguntado por V. a este Intendente Gobernador, y me dice que hace tiempo ignora que de V.; deseo que no sea falta de salud, ni algún otro mal, su silencio.
Desde el 28 del pasado me hallo en este destino en compañía del Señor Conjuez, Dr. Echeverría; ambos con plenos poderes para solidar la unión de la Provincia del Paraguay con las demás del Río de la Plata; y estamos esperando la contestación de aquel Gobierno para entrar a tratar con él lo conveniente.
Incluyo a V. las tres Gazetas adjuntas, en las que va la declaración que he obtenido para satisfacción de V., respecto a la amistad que me profesa y relaciones que median entre nosotros: en vano la mentira se empeñará en sacrificar al hombre de bien; cuando el Gobierno es justo, todos sus tiros son inútiles.
Comuníqueme v. sus noticias relativas a los limítrofes y no menos de la disposición de nuestros paisanos, los naturales, para defender su libertad; es preciso hacerles entender el inestimable valor de una prenda tan preciosa, y que debe preferirse la muerte misma a la esclavitud.
También convendría inspirar la idea en los Americanos Portugueses de que nuestra causa es suya, y que la guerra inicua en que los quiere meter, o mejor diré, ha metido su Corte con nosotros, sólo es para aumentarle sus cadenas; que nosotros los miramos como a hermanos, y todo lo tendrán si quisiesen venir a vivir en nuestro suelo, o si queriendo no dejar el suyo, entran en nuestros intereses, y sacuden el yugo de las fieras que los oprime: acompañando esa proclama para que si V. tiene proporción, procure que se entienda por ellos.
Hábleme V. de Corrientes y mándeme como pueda.
Manuel Belgrano
Corrientes, 21 de septiembre de 1811.
Dr .Dn. Celedonio José del Castillo.
Concepción
[Sr. Dn.Celedonio del Castillo]
Con 135 Infantes logré imponer al enemigo que en número de 3400, me atacó en Tacuarí; felizmente esto ha dado motivo a principiar una negociación con el Paraguay, de la que espero resulte que se una a las demás Provincias del Río de la Plata, y esto ha sido, tanto más ventajoso, cuanto he sabido que los Patricios de Mercedes y Soriano, han sacudido el yugo de Montevideo, y voy a marchar a la mayor brevedad para auxiliarlos, y concluir con los enemigos que encierra aquella ciudad; al efecto, convendría que V. haga todos los esfuerzos que pueda para tener en su Departamento, caballos y ganado a mi tránsito, y entonces, hablaremos sobre los puntos de mi Reglamento.
Dios guarde a V. muchos años.
Cuartel General de Candelaria, 15 de marzo de 1811.
Ml. Belgrano
[1] Archivo Notarial y Judicial de Paraná. Protocolo Manuel Calderón 1847-1849.
[2] Sin fecha. Posiblemente fuera escrita por Belgrano desde Rosario de Santa Fe (según don Juan José Álvarez, que fue quien remitió dicha correspondencia al general Bartolomé Mitre, el 2 de marzo de 1899)
[3] Celedonio José del Castillo casó con María del Tránsito Carriegos Godoy, en Santo Tomé, en 1792. Tuvieron 21 hijos, de los cuales una fue una niña adoptada. Ver Enrique Piñeyro Velasco del Castillo, “Linaje del Castillo-Los Carriego”, Buenos Aires, 1998.
[4] Se trata de Mariano José del Castillo Carriegos, Hijo de don Celedonio y María del Tránsito Carriegos Godoy. Estudió en Paraná y se ordenó sacerdote, en la orden franciscana, en Buenos Aires. Ejerció su apostolado en las provincias de Entre Ríos y Corrientes. En 1824 fue nombrado cura párroco de Mandisoví, pueblo organizado por el general Belgrano. Fue representante del pueblo ante la Asamblea General de Paraná, en 1831 y propulsor de la fundación de Concordia.
Bibliografía: Codeseira del Castillo, Celia. Belgrano y la dignidad humana. Buenos Aires, Editorial Armerías, 2006.