lunes, 6 de agosto de 2012

Informe sobre una Expedición a las Misiones Jesuíticas escrito por don Celedonio Joseph del Castillo



INFORME SOBRE UNA EXPEDICIÓN CIENTÍFICA A LAS MISIONES EN LOS ANALES 
DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA

                                                                                                                                                                                                      Prof. Celia Codeseira del Castillo


            La Sociedad Científica Argentina se creó a fines de julio de 1872, durante la presidencia de don Domingo Faustino Sarmiento. En el año 1876, cuando ejercía la presidencia don Pedro Rico y era secretario el Dr. Estanislao S. Zeballos,   se encontró en los archivos de  la institución  un manuscrito que se publicó en los Anales.[1]  Se trata de un Informe sobre una excursión a las Misiones, cuyo autor fue el Excmo. Señor Celedonio Joseph del Castillo. Esta datado en el Pueblo Concepción (Misiones), el 21 de agosto de 1812.
            Este interesante documento fue la respuesta a un requerimiento hecho desde Buenos Aires, por el Excmo. Superior Gobierno de las Provincias Unidas, con fecha 27 de junio del mismo año. En dicho informe expresó que hacía 30 años andaba recorriendo esos pueblos, campos y montes y que hizo circular entre todos los habitantes de ese Departamento el singular pedido, ofreciendo a los naturales gratificarlos si le traían “algún animal, o cosa extraña o particular”.[2]  Del Castillo mantenía una fluida correspondencia con el Primer Triunvirato, basta recordar cuando en su carácter de  Gobernador Delegado de Apóstoles, le informó a los triunviros, entre otros asuntos, que los habitantes de su Departamento, compenetrados de los propósitos de ese Gobierno, manifestaron entusiastamente “su deseo de ser útiles a la Patria, con sus pensiones y haciendas que han franqueado gustoso, y a mantenerse bajo sus superiores auspicios.”[3]
            Recordemos que en esas tierras, en 1609 los jesuitas inician su acción en los treinta pueblos de Las Misiones del Paraná, Uruguay y Tapé, hasta que en 1767 se ordena la expulsión definitiva de la Orden.
            Posteriormente, el gobernador Francisco de Paula Bucarelli y Ursúa ordenó organizar la provincia de Misiones, que fue la primera del Río de la Plata[4] y que se incorporó con ese carácter a nuestro Virreinato.  Se dividió inicialmente en cinco departamentos con gobernador  y capital en Candelaria.  La provincia fue reorganizada en 1803.
            Misiones adhirió a la Revolución de Mayo y pasó a integrar las Provincias Unidas del Río de las Plata[5], prestando su ayuda a la expedición de Belgrano durante la cual se fijó el límite con Corrientes y durante la cual Belgrano, en 1810, redactó el Reglamento Provisional para los naturales de estas tierras, que fue considerado el primer ensayo constitucional argentino.
             


[1] Anales de la Sociedad Científica Argentina, Tomo I. Buenos Aires, Imprenta Coni, 1876.
[2] Ibidem-
[3] Apóstoles, 21 de enero de 1812.
[4] Aprobada por Cédulas Reales de 1771 y1778
[5] 18 de junio de 1810.

Documento Científico al Primer Triunvirato- Agosto 1812




 Revisando el Archivo de la Sociedad Científica Argentina encontramos  el siguiente documento sobre Una  Excursión a las Misiones:

Exmo. Señor:
La superior orden de V. E. de 27 de Junio pasado, luego que la recibí, la circulé por los pueblos de este Departamento, para inteligencia de todos, ofreciendo á estos naturales gratificar al que me trajese algún animal, ó otra cosa extraña ó particular.
En el espacio de treinta años que he andado por estos pueblos, sus campos y algunos montes, no tengo noticia de otras particularidades que las siguientes:


Aves.

El Pájaro Campana, que por su grito se asemeja al sonido de una campana; que lo he visto en la punta de los árboles de la serranía, que me parece será como una calandria, y aunque dicen es particular, yo no he podido distinguir su estructura y pluma; es muy arisco.
El Cuervo Blanco, es particular en todo, se puede conducir vivo, y no es muy extraño en esta Provincia.
El Tucá por la particularidad de ser el pico tan grande como el cuerpo: sé que han hecho diligencias para llevarlo vivo, pero en el camino se muere; su alimento es frutas, y no quiere opresión.
La Perdis del Monte, cuya pluma es tornasolada, y un copete de tres ó cuatro plumas. No la he visto, pero el huevo sí, que es de color azulejo, que tira á cardenillo; dicen es muy arisca.
El Sanía, en el idioma de esta provincia, es del grandor de un pavo, la pluma blanca y negra, con copete grande y la cola baja. Es pesado en el volar, pues á los tres vuelos cortos, no se vuelve á levantar; no lo he visto ó no lo tengo presente.



Animales.

El Tigre Negro.
La Anta ó Gran Bestia.
El Oso hormiguero, de dos especies, una grande y otra chica. No he visto más que de los grandes.
El Puerco Espin, el cual se encrespa, y despide varias puas con que acobarda á los perros que le embisten; lo he visto del tamaño de un chancho jabalí, no sé si hay más grande.
El Quati; en el cuerpo y la cola parece mono; y la cara de zorro chico.
El Qui, en el idioma de esta Provincia, que es el Erizo, dicen lo hay, pero yo no lo he visto.


Minerales.

Es opinión general, y lo decían los P. P. Jesuitas, que no los hay sinó imperfectos. Solo se encuentran algunas piedras cristalinas blancas, y moradas, que no se hace aprecio de ellas.
Metal como tumbaga, hay una mina cerca del pueblo de Santa Ana, del departamento de Candelaria.
Así mismo tengo noticia que cerca del pueblo de Santa María de Fee, del departamento de Santiago, que posee el Paraguay y pertenece á esta Provincia, hay una mina de Azogue; de cuyas piedras llevó algunas el señor. D. Manuel Belgrano, y se sacó azogue en el pueblo de Candelaria por D. Santiago Liniers, para mandar de muestra á España.


Plantas.

Yerbas medicinales hay muchas, cuya lista remitiré á V. E. en otra ocasión, aunque no hay prácticos que las conozcan todas.
Las minas de esta Provincia son los inmensos yerbales que hay por la costa del río Uruguay y Paraná arriba en el día poseídos por los portugueses y paraguayos.
El árbol del Curii, que es un pino silvestre, cuyos palos por su altura y ninguna curvatura, pudieran servir para arboladura de barcos. Su resina es medicinal, y olorosa. La piña es semejante á la del pino, solo que el piñón no tiene cáscara dura, sino un forro de una especie de madera blanda. Es el alimento de los infieles Tupis.


Es cuanto por ahora puedo informar á V. E. en cumplimiento de lo que se sirva ordenarme.
Dios guarde á V. E. muchos años.
Pueblo de la Concepción (Misiones), 21 de Agosto de 1812.
Exmo. Sr.
Celedonio Jph. del Castillo

Exmo. Sr. Gobernador de las Provincias Unidas


Fuente:
Archivo Documental de la Sociedad Científica Argentina